LEY LA VENTA DE ALCOHOL REDUCE LOS ACTOS DE VIOLENCIA
La violenciarelacionada con el consumo excesivo de alcohol causa anualmente en casi todoslos países del mundo enormes problemas, de hecho, el alcohol está presente enla cuarta parte de todos los homicidios, según estima la Organización Mundialde la Salud (OMS).
La violencia asociada con la embriaguez supone un gran
desafío para los gobiernos y provoca una creciente preocupación en la opinión
pública. Uno de los países que ha afrontado este reto ha sido Australia, más
concretamente la región de Nueva Gales del Sur, la más poblada del país y cuya
capital es Sídney.
Los investigadores
Fernando Tusell, profesor e investigador de la UPV/EHU de Econometría y
Estadística, Patricia Menéndez, estadística en el BOCSAR (Bureau of Crime
Statistics and Research [Oficina de Estadísticas de Crimen e Investigación] de
Nueva Gales del Sur) y Don Weatherburn, director de BOCSAR, han publicado el
artículo “The
effects of liquor licensing restriction on alcohol-related violence in NSW,
2008–13″ (Los efectos de la restricción de licencias de bebidas alcohólicas
sobre la violencia relacionada con el alcohol en Nueva Gales del Sur) en la
revista científica Addiction.
El estudio analiza
los efectos de las reformas legislativas introducidas entre julio de 2008 y
enero de 2012 en Nueva Gales del Sur. Para ello se han todas las
agresiones registradas por la policía y no solo los asaltos marcados como
relacionados con el alcohol, pues en muchos casos, aclara el estudio, no están
basados en estudios toxicológicos, sino en la percepción del agente. Asimismo,
las agresiones relacionadas con la violencia doméstica se han excluido del
estudio.
Tras analizar los
datos, “se puede concluir que las reformas legislativas introducidas, como la
restricción de las horas de venta de alcohol, el hacer públicos los nombres de
establecimientos en que se perpetran los actos de violencia, prohibición del
uso de vasos de cristal después de medianoche, cese del servicio de bebidas
alcohólicas 30 minutos antes del cierre y algunas otras”, parecen haber
reducido sensiblemente el número de agresiones registrados, en concreto
un 31.27% y 39.70% , respectivamente, los delitos calificados como
agresiones y agresiones graves”, explica Fernando Tusell, el coautor de la
investigación.
El artículo de
estos tres investigadores ha causado cierto debate en ámbitos académicos,
pues ha sido criticado por no haber tenido en cuenta otros factores a la hora
de explicar la reducción de agresiones, como puede ser la crisis
económica.
“No es que no
tuviéramos en cuenta este factor”, explica Fernando Tusell. “Consideramos
variables como actividad económica y desempleo, pero no las encontramos
significativas y fueron eliminadas de los modelos. Ello no quiere decir que
carezcan de influencia. Cuando se trabaja con datos observacionales, es decir,
en que no cabe experimentar, muchas veces es difícil deslindar si
un efecto lo ha sido de una causa o de otra simultánea en el tiempo”.
Pero, concluye, “considerada toda la evidencia disponible y su
contexto parece haber poca duda de que la legislación examinada tuvo el
efecto que indicamos”.
Efectos desiguales
El modo en el que
se consume alcohol varía mucho entre países, no se realiza de la misma forma
entre nosotros que en Australia, por lo que trasladar aquí las medidas
adoptadas en Nuevo Gales de Sur tendrían efectos desiguales para Fernando
Tusell: “Restringir las horas de venta de alcohol, hacer públicos los nombres
de establecimientos hosteleros en que se perpetran actos de violencia… cabe
pensar que tendría efecto en cualquier sitio, incluido éste.
De qué magnitud,
no lo sé, ni si las ventajas que derivarían de ello compensan lo que muchos
verían como limitaciones injustificadas a libertades individuales. Es posible
por otra parte que en nuestro país los actos de violencia estén asociados no
sólo, o incluso no principalmente, a bares, pubs o discotecas: mi impresión es
que muchos acontecen en lugares públicos, entre pandillas que practican el
botellón”.
Patricia Menéndez,
coautora del estudio y estadística en el BOCSAR, es más cauta: “Hay factores
culturales muy importantes que pueden tener un efecto fundamental a la hora de
extrapolar este tipo de intervenciones en diferentes países, aunque no cabe
duda de que en general es esperable una reducción en el número de
agresiones registradas”.
Sesiones y consultas
Dra. María Teresa Charún
Psicóloga Clínica Educativa
Máster en
Salud y Bienestar Comunitario
Universidad Autónoma de Barcelona - España
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