DROGAS EN LOS MAS JÓVENES
El
fumar cigarrillos, beber alcohol, mascar hojas de coca, esnifar preparados
psicoactivos, beber pócimas, fumar marihuana, utilizar el opio; han sido y son
usados por las personas a lo largo de su historia; en la actualidad junto a las
drogas conocidas y sus derivados industriales o químicos, destacan las nuevas
adicciones; unas están derivadas de sustancias, como es el caso de la heroína,
la cocaína, las drogas de diseño, el LSD, entre las más importantes.
El advenimiento
de la sociedad tecnológica ha creado nuevas adicciones, llamadas
comportamentales, sin sustancia, tal como la adicción a Internet, al juego de
azar, al teléfono móvil, a los teléfonos eróticos, al sexo, a las compras, y a
un amplio etcétera de conductas que pueden llegar a ser adictivas.
Porque es una enfermedad
La
adicción es una enfermedad de
naturaleza bio-psico-social; lo que quiere decir, que las causas de la adicción
son múltiples e interaccionan de una manera compleja para producir el desorden
adictivo. Su etiología no lineal, multifactorial y sistémica hace difícil
comprenderla con una visión lineal o simplista de: una causa – un efecto. Este
hecho es, además, importante en el tratamiento de estos desórdenes pues cada
persona es diferente y muestra distintos matices del problema de modo que es
necesario individualizar cada caso y realizar un estudio amplio de la historia
personal y familiar antes de hacer un diagnóstico.
La adicción como es una enfermedad crónica
del cerebro con recaídas, caracterizada por la búsqueda y el uso compulsivo de
drogas, a pesar de las consecuencias nocivas. Se considera una enfermedad del
cerebro porque las drogas cambian al cerebro: modifican su estructura y su
función. Estos cambios pueden durar largo tiempo y llevar a los comportamientos
peligrosos que se observan en las personas que abusan de las drogas.
Se define como enfermedad porque significa
una discapacidad involuntaria que incorpora la suma de fenómenos anormales que
se presentan en un grupo de personas. Según el DSMIV cuando existe un patrón de uso de una
sustancia fuera de los márgenes social o médicamente aceptados en una
determinada cultura, hablamos de tres términos que se utilizan tradicionalmente
y son:
Abuso: para referirse al patrón de uso de una sustancia fuera de
los márgenes social o médicamente aceptados en una determinada cultura.
Hábito: es el conjunto de conductas repetitivas que un individuo
realiza, en este caso el consumo de una droga.
Adicción: que se
define por la necesidad imperiosa de realizar una determinada acción buscando
placer, euforia o alivio de ciertas sensaciones displacenteras, aun sabiendo
que a mediano y largo plazo dicha conducta produce efectos negativos a
diferentes niveles.
Como actúan las drogas
Las drogas químicas son sustancias que
actúan sobre el cerebro penetrando el sistema de comunicación e interfiriendo
en la manera que las células nerviosas normalmente envían, reciben y procesan
la información. Algunas drogas, como la marihuana y la heroína, pueden activar
a las neuronas porque su estructura química imita aquella de un neurotransmisor
natural. Esta similitud en la estructura “engaña” a los receptores y permite
que las drogas se adhieran y activen a las células nerviosas. Aunque estas
drogas imitan a las sustancias químicas del cerebro, no activan las células
nerviosas de la misma manera que los neurotransmisores naturales y hacen que se
transmitan mensajes anormales a través de la red.
Los cambios bioquímicos que suceden en el
cerebro del adicto son los responsables de la compulsión observada en los
episodios de uso descontrolado, así como de muchas de las perturbaciones
cognitivas propias de la adicción.
Las últimas
investigaciones implican a diversos neurotransmisores, así como a vías o
sistemas cerebrales, tales como el sistema de recompensa mesolímbico, como
factores claves en el desarrollo de la sintomatología adictiva.
Porque las drogas producen adicción
Según NIDA, se han identificado los receptores
primarios de casi la mayoría de las drogas de abuso, se ha descubierto su
localización en el cerebro y los neurotransmisores asociados a estos
receptores; demostraron la activación de esas áreas durante la adicción y se ha
demostraron la importancia del sistema mesolímbico que produce de dopamina, las
drogas tienen un efecto de su mayor producción y este aumento de la
concentración de la dopamina en la disfunción adictiva producida por la drogas
de abuso.
El aumento de la dopamina asociada a sensaciones placenteras, la motivación y el efecto de placer produciendo el querer tomar más drogas. De esta manera se va aclarando científicamente el papel de la química cerebral en el desarrollo de la adicción.
Todas las drogas de abuso, directa o
indirectamente, atacan el sistema de gratificación del cerebro, inundando el
circuito con dopamina que es el neurotransmisor clave en el circuito de
recompensa, es un lugar crítico dentro del circuito de recompensa; ya que de él
depende la sensación de euforia y desencadena muchos de los efectos
conductuales de las sustancias adictivas.
La dopamina, regula el movimiento, las
emociones, la cognición, la motivación y los sentimientos de placer; se encarga
de manera directa de establecer y regular las sinapsis que componen dicho
circuito. En una situación normal, la llegada de un estímulo placentero supone
la liberación de dopamina al espacio presináptico, estimulando los receptores
postsinápticos, sobre estimulando este sistema, que recompensa nuestros
comportamientos naturales, produce los efectos de euforia que buscan las
personas que abusan de las drogas y les enseña a repetir este comportamiento.
El consumo agudo de sustancias supone un
incremento de la liberación de dopamina y por tanto, de su actividad, que
conlleva una intensificación en la sensación de placer. No obstante, el consumo
crónico ya no parece producir mayor liberación de dopamina, sino alteraciones a
nivel de los receptores del neurotransmisor, con una reducción de la misma.
Clínicamente
esto se manifiesta en la tolerancia, es decir, en la necesidad de un mayor
consumo de sustancia para lograr un mismo efecto. La disminución de la dopamina
y los cambios neuroadaptativos consiguientes hacen que la persona potencie el
consumo de la sustancia como manera de mantener constante el grado de
estimulación.
Sesiones y consultas
Dra. María Teresa Charún
Psicóloga Clínica Educativa
Máster en
Salud y Bienestar Comunitario
Universidad Autónoma de Barcelona - España
Contacto
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E-mail: unifam2013@gmail.com
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