HABILIDADES SOCIALES Y ADICCION

 

Habilidades sociales y Adiccion

El consumo de sustancias supone una problemática compleja que abarca gran cantidad de factores que pueden favorecer el consumo o, por el contrario, proteger al individuo de éste. Uno de los aspectos que ha sido estudiado al respecto son las habilidades sociales ya que existen datos que apuntan a menores desempeños en este tipo de situaciones.

Las habilidades sociales pueden ser definidas como un conjunto de comportamientos aprendidos realizados por un individuo en un contexto interpersonal, expresando comportamientos verbales y no verbales, sentimientos, actitudes, deseos, opiniones, derechos, suponiendo así iniciativas y respuestas efectivas y apropiadas a la situación, acrecentando de este modo el reforzamiento social, pero a la vez resolviendo los problemas inmediatos de la situación mientras se reduce la probabilidad de que aparezcan futuros problemas.

La falta de este tipo de habilidades ha sido descrita como un factor de riesgo de cara a desarrollar conductas de uso y abuso de sustancias en un futuro. En este sentido, hay autores que sostienen que una baja asertividad general o poca capacidad específica para responder oponiéndose a las demandas de su grupo, aumenta el riesgo de abuso de alcohol.

Los bajos rendimientos en este tipo de situaciones pueden influir en el consumo de sustancias de varias maneras. En primer lugar, como hemos comentado, influyen en la dificultad de negarse al consumo en situaciones sociales pero además, una vez superado el primer consumo, puede darse una percepción de seguridad cuando la persona se encuentra bajo los efectos de la sustancia. Dado que las drogas de abuso tienden a facilitar la socialización, los primeros consumos pueden ser reforzados por esa sensación de bienestar y de manejo de la situación, lo que propiciará la continuación del consumo como modo de afrontamiento. Además, el uso de drogas como forma de afrontamiento de las situaciones sociales evita que se desarrollen conductas adaptativas, lo que favorece que el problema se perpetúe.

Sin embargo, también hay autores que plantean que existe escasa relación entre el déficit de habilidades sociales y el consumo de sustancias, más concretamente de alcohol. Se plantea que el déficit de habilidades sociales puede ser situacionalmente específica. Los individuos que presentan pequeños o moderados problemas de abuso de alcohol u otras drogas pueden ser muy hábiles en otras situaciones, pero no son hábiles para resistir las presiones del grupo para la ingesta de estas sustancias, y de esta manera su déficit de habilidades puede limitarse a una falta de asertividad frente a esa coerción.

De manera general, se puede concluir que pese a que el déficit de habilidades sociales puede favorecer el inicio y mantenimiento del consumo de sustancias, no es un factor determinante. Por lo tanto, es necesario prestar atención a la existencia de este déficit en los consumidores de sustancias, de cara a favorecer su desarrollo en las personas que se encuentran en tratamiento por trastornos adictivos en centros especializados en alcoholismo y drogadicción.

No es un tema fácil de hablar y tratar con los adolescentes, sobre todo si lo hacen las familias, pero algunas de las pautas que pueden ayudar a los padres y madres para poder afrontar ese tema según la Fundación Alcohol y Sociedad son las siguientes:

Tener claro que ellos saben bastantes aspectos sobre el alcohol, pero muchas veces son incorrectas, por lo que tenemos que aclarar esas dudas y sobre todo esos mitos.


Hablar de las consecuencias del alcohol cuanto antes. Muchas familias piensan que si lo hacen a temprana edad están incentivando el consumo y no es así, lo que consiguen es advertir de lo que se pueden encontrar en un futuro y que sepan como actuar. No obstante, dependiendo de la edad se enfocará de una u otra manera.

Aprovechar algún evento o noticia en la prensa o televisión para comenzar la conversación y que el menor se encuentre en modo receptivo.

Explicar que el motivo por el que los menores no deben beber es porque están en fase de crecimiento y si lo hacen las consecuencias que podrían tener tanto a corto como a largo plazo. Sin embargo, cuando sean adultos ellos decidirán si quieren o no consumirlo.

Evitar preguntas monosilábicas, ya que si le preguntas por ejemplo ¿tu bebes? La respuesta va a ser seguramente NO y se dará por concluida la conversación. Por lo que lo recomendable es hablar de manera genérica sobre el alcohol para poder entablar un diálogo.

Enseñarles a decir NO, ya que igual que llegó la moda de que todos se compraran las mismas zapatillas de deporte y el o ella decidió que no quería ser como los demás, el alcohol también es una moda y ellos tienen que decidir y no dejarse influenciar por su grupo de iguales.

Y lo más importante, que ésta es una conversación que se puede retomar en cualquier momento, porque ahora interesa hablar del alcohol para que no beba cuando salga los fines de semana pero en años sucesivos puede ser la relación entre la conducción y el alcohol, por lo que siempre dependerá de las características del adolescente.

Sin embargo, para que todo esto funcione es muy importante trabajar y transmitir unas buenas habilidades sociales. Las fundamentales para resistir a la presión del grupo son las siguientes:

Autocontrol

Empatía

Escucha activa

Toma de decisiones

Asertividad

Conclusión

Las habilidades sociales son muy importantes en nuestra vida, pero en el caso de las personas que son adictas y también en los adolescentes puede convertirse en un problema para su relacion con su entorno si es que no se trata a tiempo este problema.











Autor

Pedro Vallejo

@mtcharun

Sesiones y consultas

Dra. María Teresa Charún
Psicóloga Clínica Educativa
Máster en Salud y Bienestar Comunitario
Universidad Autónoma de Barcelona - España

Mis estudios y experiencia



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